Como cada año en la noche de la víspera del día de la Inmaculada, las tunas de la ciudad de Sevilla se echan a la calle para cantar durante horas frente al monumento de la Inmaculada situado en la plaza del Triunfo.
Monumento a la Inmaculada en Plaza del Triunfo |
Tras la celebración de la vigilia de la Inmaculada en la catedral a medianoche, oficiada por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, las tunas tomaron el monumento a la Inmaculada para mostrarle sus respetos y devoción mediante ofrendas florales y dedicándole un sinfín de canciones que continuaron durante toda la madrugada por bares, tabernas y otros monumentos erigidos a la Inmaculada como la capilla de la Pura y Limpia situada en el Arco del Postigo.
Pero la celebración no comenzó en torno a la medianoche, sino antes. Como cada año, una imagen de la Inmaculada diferente procesiona hasta la catedral. En esta ocasión fue la Inmaculada del colegio la Salle-Purísima la que presidió la vigilia, previa procesión desde Santa Marina acompañada por coros de campanilleros. No fue hasta su llegada cuando daría comienzo la vigilia, sobre las diez.
La Pura y Limpia en su capilla del Arco del Postigo |
El día de la Inmaculada es el más importante para las tunas en Sevilla. Si bien antes era indispensable pertenecer a la titulación para formar parte de la tuna, ahora basta con ser estudiante independientemente de lo que estudie. Sólo se exigen ciertas dotes musicales o saber tocar algún instrumento. En algunas ocasiones las ganas e ilusión hacen las veces de requisito.
Pero si en algo coinciden los asistentes, sobre todo los más ancianos, es en que el espectáculo ha ido decayendo mucho en las últimas décadas. Incluso el número de tunas ha disminuido en los últimos tiempos, pasando de 23 a 14 en la actualidad .Los escasos presupuestos, la figura de la tuna como algo de antaño y el valor vocacional y altruista de este arte parecen estar detrás de esta decadencia.
Ofrenda floral por un tuno |
Pero si algo queda claro es que en Sevilla aún queda tuna “para rato”, con cientos de personas arropando la velada frente al monumento de la Inmaculada y tarareando canciones al compás de la bandurria, Sevilla es una ciudad que se echa a la calle cada víspera de la Inmaculada a pesar de las adversidades y del mal tiempo. No sólo allí pudimos entremeternos en el tumulto de cabezas y bufandas, del humo de las castañas y las letras de las canciones, sino por diversos puntos más del centro de la ciudad como la capilla de la Pura y Limpia del Arco del Postigo, dónde cada tuna desfila tras cantar al monumento.
El intenso frío no acompañó demasiado, pero no faltaron las botellas de aguardiente y vino que ayudaban a entrar en calor, sin olvidarnos de los puestos de castañas asadas, toda la noche al pie del cañón y los bares que postergaron el cierre para cuando el alba despuntaba la mañana y la tuna se despedía cantando eso de: “se va la tuna ya se va”.
Escucha el reportaje con las declaraciones de asistentes y de José Luís Galindo, uno de los componentes de la Tuna de Filosofía y Letras:
Escucha el reportaje con las declaraciones de asistentes y de José Luís Galindo, uno de los componentes de la Tuna de Filosofía y Letras:
José Fernández Jurado.
Fuentes: Web Arte Sacro, Tuna de Filosofía y Letras, asistencia al evento. Declaraciones de asistentes y tunos.
Imágenes: José Fernández Jurado.
Audio: José Fernández Jurado más declaraciones de asistentes y José Luís Galindo (tuna de Filosofía y Letras).
Imágenes: José Fernández Jurado.
Audio: José Fernández Jurado más declaraciones de asistentes y José Luís Galindo (tuna de Filosofía y Letras).
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